jueves

KitzbuhelerHorn


Si sobre el Grosse Oscheniksee habíamos leido maravillas, este tampoco se quedaba corto. Un poco más conocido que el anterior, el Cuerno de Kitzbuhel también despierta pasiones. Y no es para menos, viendo su perfil.

Sin embargo cometimos un error. Un gravísimo error. Subir el Oscheniksee el día de antes. Pero no por el dolor de piernas o de riñones. Si no por que después de subir semejante barbarie, cualquier cosa que subas te parecerá un repecho. 

Y es que podría calificar de falta de respeto a este monstruo subirlo como lo subimos. Ya eran varios los puertos duros que habíamos subido los días precedentes y no podíamos evitar llevar una vacilona risa floja en estas pendientes. Pido desde aquí mis disculpas a la localidad de Kitzbuhel, a su cuerno, y a todos aquellos que nos vieron y oyeron cantar en esta espectacular subida. Lo sentimos.









Menudos días llevamos. Normal que después de este viaje empezara a plantearme eso de los frenos de disco en las bicis de carretera... ¡menuda temperatura cogían las llantas en las bajadas!



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