martes

Puertos de Ribagorza 2013

Desde hace un porrón de años llevo haciendo esta marcha, como el primero de los objetivos gordos de la temporada, que fuera indicando los resultados del curro realizado durante el invierno. Y siempre iba siendo indicativo de los avances que pasito a pasito se iban dando, de lo que se iba aprendiendo y mejorando.

Últimamente estaba teniendo la sensación de que, a pesar de que podemos hacer que nuestro cuerpo avance y avance mucho más de lo que nos imaginamos, en mi caso, la mente comenzaba a hacer de tapón que impedía que mi cuerpo pudiera seguir dando pasitos, sentía como si hubiera llegado a un límite.

Un momento perfecto para trabajar esos pensamientos.

Por el momento, el resultado es un cambio de chip, una búsqueda de algo diferente a parte de un simple tiempo, o un simple puesto en una clasificación, la búsqueda de algo que provocara un nuevo soplo de motivación que se cargara ese tapón psicológico. Por ahora, algo tan fácil como tomar la salida con la única intención de divertirme, de jugar, de hacer el moñas de una forma que quizá hasta ahora no había podido hacer. Que le den a los tiempos, que le den a las clasificaciones, que yo lo que quiero es divertirme dando pedales.


Una conclusión sencilla (estúpida para muchos, seguro) pero que en mí, ha conseguido su objetivo.


En lo que se refiere a la marcha, me daba igual desgastarme, me llamaba la atención subir el primer puerto en cabeza tirando del pelotón, me daba igual reventar, poco después de volver a pasar por Graus, como sin querer, Oscar Puyuelo y yo tiramos para delante, primero con la intención de llegar a pie del segundo puerto, más tarde con intención de llegar a pie de Bonansa, luego de empezar Espina, y finalmente de poder llegar los dos solitos a coronar Fadas. 

Pero que majete es Oscar!

No nos lo podíamos creer, cada meta intermedia que nos marcábamos ya era un éxito en sí mismo para nosotros, tuve puntería con el compañero del día, ya que tenía la misma mentalidad que yo: jugar, jugar, y jugar… que maravilla!

Ane, como a la próxima no me dejes parar, me voy a enfadar!!


Tras coronar el último puerto, era momento de ir despertando, y tras finalizar la bajada, mis patas dijeron que ya estaba bien, y decidieron explotar en pedazos, con lo que entre alaridos y carcajadas (curiosa mezcla, sip!), tuve que pedir a mi compañero que siguiera él sólo con un par, e intentara llegar lo más lejos posible los 50kms de viento que quedaban…

Pobre hombre! Me dio pena no haberle podido ayudar más y que hubiera tenido más opciones de llegar a meta, se lo merecía!

A los pocos instantes, vi a lo lejos que se abalanzaba sobre mí como un misil la sorpresa del día: el tándem con Azparren y su compañero a mil por hora.  Solo un par de valientes pudieron aguantarle la rueda a duras penas. Yo lo intenté, y durante unos kilómetros fui agazapado tras ellos, pero finalmente, los calambres y la tremenda capacidad de curveo que tenía ese proyectil me obligaron a dejarles ir, y tragarme los últimos 45 kms con viento de cara yo solo.
Fiuuuuuuuuuuummmmmmmm!!!!!!!

Me tuve que pegar buena remada para conseguir llegar sin que me pillara nadie más, pero mereció, la pena, crucé la meta más contento que todas las cosas…

Ya sólo me apetecía disfrutar de lo más chulo de esta marcha: las batallitas de todo el mundo tirados en el césped sin parar de comer.



Parece que de esta marcha he sacado un montón de buenas conclusiones.

(Gracias por las fotos a Ane Gabiria, pero que maja que es!!!)

(Aprovecho también para difundir la aventura que a los tres días de esta marcha comenzaba mi compañero de jornada Oscar Puyuelo. Enhorabuena por el reto conseguido, por la causa perseguida, y por ser lo que sois: http://www.pirineosnonstop.com/ )




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